En Parque Roca, el equipo nacional se adelantó 2-0 en los cuartos de final ante Kazakhstán; Mónaco venció a Golubev por 6-3, 6-0 y 6-4 y, luego, Del Potro se impuso a Kukushkin por 6-2, 6-1 y 6-2; mañana, se puede definir en el dobles
Como el pronóstico del tiempo, que anunciaba un día soleado y más cálido que los de esta semana, la jornada inicial de la serie ante Kazakhstán también se dictó por la lógica previa: es más, concluyó de manera ideal para la Argentina, ya que no sólo obtuvo los dos puntos, sino que las victorias de Juan Mónaco y Juan Martín del Potro fueron sólidas, indiscutidas, sin ceder sets y con un marco de público mayor al esperado en el Parque Roca de Villa Soldati.
Las victorias de Mónaco (6-3, 6-0 y 6-4 ante Golubev en 2 horas) y Del Potro (6-2, 6-1 y 6-2 a Kukushkin) no ofrecieron muchas variantes para un análisis del juego: se impusieron por el peso específico y transitaron los caminos de la intuición. Para sellar la serie, sólo basta que mañana, desde las 11, Juan Ignacio Chela y Eduardo Schwank consigan el tercer y definitivo punto que deposite, por séptima vez en los últimos diez años, a la Argentina en semifinales. Una envidia para cualquier potencia tenística del mundo.
Lo que viene. Aunque el cuerpo técnico haya transmitido respeto por el rival kazako, esta serie fue mirada con un ojo. El otro estará puesto en Halmstad, donde Serbia, desde mañana, enfrentará a Suecia por el pase a semis. Los suecos son locales, pero juegan sin Soderling y, los serbios contarán con el nuevo N°1 del mundo: Novak Djokovic, además de Troiki, Tipsarevic y Zimonjic. Si no hay catástrofe, Serbia será el próximo rival de la Argentina en septiembre. El sorteo determinó que el conjunto de Tito Vázquez será visitante.
Para ese entonces, justo tras el US Open, serán imprescindibles tanto Del Potro como David Nalbandian, que no jugó por una lesión e intentó venir a alentar al equipo argentino, pero debido a las cenizas, su vuelo desde Córdoba fue demorado. Tomó la ruta y vino en auto, pero no hizo a tiempo. Seguramente, mañana sí se lo verá en el banco argentino.
Todos los años se escribe lo mismo: "¿será éste el año en que la Argentina gane la Davis?". Y cada temporada parece estar más cerca de la anterior, pero por distintos motivos, siempre se escapó la Ensaladera. El camino es largo y la Argentina recién transitó la mitad en este 2011.
La unión de grupo. "Tenemos que aprender a imitar a los países a los que les ha ido bien, como España, que entiende que hay que formar un gran equipo. Se necesita esa unión, y eso es más importante que tener un referente adentro de la cancha", dijo Mónaco tras su victoria. Dio en el blanco: el engranaje de piezas en la próxima serie -especialmente David y Juan Martín- será un factor decisivo.
Tito Vázquez, en la conferencia de cierre de la jornada, profundizó el concepto: "Se habló mucho del tema de unión y desunión. El tenis es un deporte totalmente individual, en el que cada jugador tiene objetivos diversos durante el año. No existe lo del fútbol porque no te pasás la pelota. Un equipo de Davis es convivir en perfectas condiciones en una semana, respetar las diferencias entre todos, que todos llegen lo mejor posible con el objetivo común de ganar el punto", explicó
Y echó mano a un ejemplo de lo que es un equipo: El mejor ejemplo es el de España en la final de Mar del Plata. Llegaron peleados con el presidente de la Federación, tenían el capitán que se retiraba después de la final y las peleas por la sede entre las ciudades. Pero pero los cuatro jugadores tiraron para el mismo lado; eso es lo que para mí es un equipo de Davis." Clarísimo.
Homenaje a Calleri. Tras el match de Pico y antes de la presentación de Del Potro, Agustín Calleri fue distinguido por la AAT por su trayectoria en el tenis nacional. En la Davis, llegó a dos finales (Rusia 2006 y Mar del Plata 2008). Junto a él, en el banco argentino, también estuvo alentando Mariano Zabaleta.
Color kazako. Unos 30 hinchas llegaron desde Astana, la capital de Kazakhstán, a alentar al equipo. Entre ellos, están los periodistas-hinchas que ayer cobraron notoriedad en la conferencia de prensa. Con bombos y cornetas, hicieron ruido mientras Golubev dio pelea.
Como el pronóstico del tiempo, que anunciaba un día soleado y más cálido que los de esta semana, la jornada inicial de la serie ante Kazakhstán también se dictó por la lógica previa: es más, concluyó de manera ideal para la Argentina, ya que no sólo obtuvo los dos puntos, sino que las victorias de Juan Mónaco y Juan Martín del Potro fueron sólidas, indiscutidas, sin ceder sets y con un marco de público mayor al esperado en el Parque Roca de Villa Soldati.
Las victorias de Mónaco (6-3, 6-0 y 6-4 ante Golubev en 2 horas) y Del Potro (6-2, 6-1 y 6-2 a Kukushkin) no ofrecieron muchas variantes para un análisis del juego: se impusieron por el peso específico y transitaron los caminos de la intuición. Para sellar la serie, sólo basta que mañana, desde las 11, Juan Ignacio Chela y Eduardo Schwank consigan el tercer y definitivo punto que deposite, por séptima vez en los últimos diez años, a la Argentina en semifinales. Una envidia para cualquier potencia tenística del mundo.
Lo que viene. Aunque el cuerpo técnico haya transmitido respeto por el rival kazako, esta serie fue mirada con un ojo. El otro estará puesto en Halmstad, donde Serbia, desde mañana, enfrentará a Suecia por el pase a semis. Los suecos son locales, pero juegan sin Soderling y, los serbios contarán con el nuevo N°1 del mundo: Novak Djokovic, además de Troiki, Tipsarevic y Zimonjic. Si no hay catástrofe, Serbia será el próximo rival de la Argentina en septiembre. El sorteo determinó que el conjunto de Tito Vázquez será visitante.
Para ese entonces, justo tras el US Open, serán imprescindibles tanto Del Potro como David Nalbandian, que no jugó por una lesión e intentó venir a alentar al equipo argentino, pero debido a las cenizas, su vuelo desde Córdoba fue demorado. Tomó la ruta y vino en auto, pero no hizo a tiempo. Seguramente, mañana sí se lo verá en el banco argentino.
Todos los años se escribe lo mismo: "¿será éste el año en que la Argentina gane la Davis?". Y cada temporada parece estar más cerca de la anterior, pero por distintos motivos, siempre se escapó la Ensaladera. El camino es largo y la Argentina recién transitó la mitad en este 2011.
La unión de grupo. "Tenemos que aprender a imitar a los países a los que les ha ido bien, como España, que entiende que hay que formar un gran equipo. Se necesita esa unión, y eso es más importante que tener un referente adentro de la cancha", dijo Mónaco tras su victoria. Dio en el blanco: el engranaje de piezas en la próxima serie -especialmente David y Juan Martín- será un factor decisivo.
Tito Vázquez, en la conferencia de cierre de la jornada, profundizó el concepto: "Se habló mucho del tema de unión y desunión. El tenis es un deporte totalmente individual, en el que cada jugador tiene objetivos diversos durante el año. No existe lo del fútbol porque no te pasás la pelota. Un equipo de Davis es convivir en perfectas condiciones en una semana, respetar las diferencias entre todos, que todos llegen lo mejor posible con el objetivo común de ganar el punto", explicó
Y echó mano a un ejemplo de lo que es un equipo: El mejor ejemplo es el de España en la final de Mar del Plata. Llegaron peleados con el presidente de la Federación, tenían el capitán que se retiraba después de la final y las peleas por la sede entre las ciudades. Pero pero los cuatro jugadores tiraron para el mismo lado; eso es lo que para mí es un equipo de Davis." Clarísimo.
Homenaje a Calleri. Tras el match de Pico y antes de la presentación de Del Potro, Agustín Calleri fue distinguido por la AAT por su trayectoria en el tenis nacional. En la Davis, llegó a dos finales (Rusia 2006 y Mar del Plata 2008). Junto a él, en el banco argentino, también estuvo alentando Mariano Zabaleta.
Color kazako. Unos 30 hinchas llegaron desde Astana, la capital de Kazakhstán, a alentar al equipo. Entre ellos, están los periodistas-hinchas que ayer cobraron notoriedad en la conferencia de prensa. Con bombos y cornetas, hicieron ruido mientras Golubev dio pelea.