Baldassi paró el superclásico a los 9 minutos, habló con los capitanes y suspendió el partido porque ya no se podía jugar por la lluvia. La idea es seguirlo el miércoles a las 17, que es feriado por el Día de la Memoria, pero hay que ver si el Gobierno da el ok.
La pelota le llegó levantando agua, rodando por un charco, y cuando quiso controlarla para avanzar, ahí mismo, le quedó muerta de muerte natural. Pinchada. Y Román Riquelme levantó la cabeza, abrió los brazos y mostró todo su fastidio sin decir ni una palabra... Fue la última imagen del superclásico de las urgencias. Ahí mismo, a los 9 minutos, en un partido que nunca tendría que haber empezado, Héctor Baldassi decidió parar el partido y convocar a los capitanes en la mitad de la cancha.
Tras una charla breve, a la que se sumaron algunos otro jugadores, el árbitro movió los brazos y cantó el "No va más". Durante esos nueve minutos, que tuvieron más interrupciones que pases seguidos, el partido se paró varias veces para remover las cintas que caían desde la tribuna y también para pintar las rayas que se borraban como tiza del pizarron.
Para evitar lesiones, y tratar de brindar un espectáculo acorde a un superclásico, el partido quedó suspendido y, posiblemente, se completen los 81 minutos esta semana, porque ni Boca ni River tienen compromisos por Copa Libertadores. La primera opción que sugirió la gente de Boca fue jugar el miércoles, feriado por el Día de la Memoria, a las 17. Pero el primer pero llegó desde River, que el sábado tiene que jugar con Argentinos y condicionó su respuesta a que le corrieran ese partido. Y el segundo pero, más pesado, llegó desde más arriba. Florencio Randazzo, ministro del Interior, opinó a la salida del estadio que "el miércoles no sería un buen día...". Por ahora, el superclásico no tiene fecha.
Las Palabras de Baldassi Fuerón: "No entré a la cancha pensando en suspender el partido. Una cosa es pisar la cancha antes de comenzar y otra cuando se empieza a jugar el partido y uno ve cómo está realmente"
La pelota le llegó levantando agua, rodando por un charco, y cuando quiso controlarla para avanzar, ahí mismo, le quedó muerta de muerte natural. Pinchada. Y Román Riquelme levantó la cabeza, abrió los brazos y mostró todo su fastidio sin decir ni una palabra... Fue la última imagen del superclásico de las urgencias. Ahí mismo, a los 9 minutos, en un partido que nunca tendría que haber empezado, Héctor Baldassi decidió parar el partido y convocar a los capitanes en la mitad de la cancha.
Tras una charla breve, a la que se sumaron algunos otro jugadores, el árbitro movió los brazos y cantó el "No va más". Durante esos nueve minutos, que tuvieron más interrupciones que pases seguidos, el partido se paró varias veces para remover las cintas que caían desde la tribuna y también para pintar las rayas que se borraban como tiza del pizarron.
Para evitar lesiones, y tratar de brindar un espectáculo acorde a un superclásico, el partido quedó suspendido y, posiblemente, se completen los 81 minutos esta semana, porque ni Boca ni River tienen compromisos por Copa Libertadores. La primera opción que sugirió la gente de Boca fue jugar el miércoles, feriado por el Día de la Memoria, a las 17. Pero el primer pero llegó desde River, que el sábado tiene que jugar con Argentinos y condicionó su respuesta a que le corrieran ese partido. Y el segundo pero, más pesado, llegó desde más arriba. Florencio Randazzo, ministro del Interior, opinó a la salida del estadio que "el miércoles no sería un buen día...". Por ahora, el superclásico no tiene fecha.
Las Palabras de Baldassi Fuerón: "No entré a la cancha pensando en suspender el partido. Una cosa es pisar la cancha antes de comenzar y otra cuando se empieza a jugar el partido y uno ve cómo está realmente"
Fuente: Diario Olé