![Argentina se Corono en el Preolimpico de MdP [bra 75 - 80 arg] PesPasionArg](https://2img.net/h/i1125.photobucket.com/albums/l584/pespasionarg/PesPasionArg.png)
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Esta vez sí el desahogo fue total. Y Lamas se sumó a la fiesta y cantó con los jugadores, que gritaron desde el exacto momento que terminó el partido hasta que se retiraron del estadio. Hubo ovaciones para el bigote de Kammerichs, para Scola cuando recibió el MVP, para el propio DT, para todos... Hubo vuelta olímpica y papelitos. Y champagne. Hubo abrazos con Vaccaro, con Morresi, con cualquiera que pasaba por la cancha. Sonó La Mancha de Rolando y Pier. No sonó We are the champions, de Queen. Curioso.
Hubo baile en ronda, tiradita colectiva sobre la copa al mejor estilo Boca en la etapa de Bianchi y reverencia a Scola, quien luego sacó a la pista a sus hijitos. Hubo un momento de exceso en el que Delfino tomó el micrófono y gritó: “Al final les rompimos el culo, la puta madre”. Y los nueve mil asistentes se rindieron ante semejante oratoria. Fue una noche de invierno. Histórica porque marcó el primer título en un Preolímpico para la Argentina. Entre muchas otras cosas.
Después de luchar, entregar el corazón una vez más, con el esfuerzo físico de todos los que participaron del juego y una notable producción de Luis Scola -MVP del torneo-, quien terminó con 32 puntos y líder del certamen, el plantel y todo un estadio colmado de aficionados pudieron festejar, no sin antes sufrir la reacción final de Brasil.
Fue la segunda Copa de las Américas que conquistó el seleccionado. La primera, en Neuquén 2001, correspondió a un clasificatorio para el Mundial de Indianápolis. Y esta es la primera en caracter de clasificatorio olímpico, con récord de 9 triunfos y una derrota, el mejor de siempre. También es la primera vez que el entrenador Julio Lamas gana una medalla dorada con Argentina, en cualquier categoría, en sus dos etapas al frente del equipo. La suma al bronce que consiguió en el Preolímpico 99, en Puerto Rico, acompañado de Ginóbili, Scola y Nocioni, frustrados esa vez por no clasificar a Sydney 2000.
Argentina empezó a ganar el partido desde su defensa. Y además del mérito que le corresponde a los jugadores, hay que destacar el gran diseño táctico-estratégico para detener a Marcelinho Huertas, el hombre clave en la generación del armado ofensivo de Brasil. El nuevo base del Barcelona vio cerrado sus caminos al aro (6 puntos) y tampoco tuvo buena visibilidad para el pase, debido a las buenas coberturas que realizaron los que ayudaron a Pablo Prigioni en la marca.
Después de maniatar a Brasil en el primer cuarto (9 tantos), en ataque fue Scola la enorme lanza que tuvo nuestro seleccionado para herir de muerte al rival. El porteño cerró el primer tiempo con 18 puntos, producto de 8 dobles sobre 11 intentos, más un par de libres. Fue claro ganador de la batalla frente a Tiago, frustrado nuevamente ante el repertorio del ala pivote de Houston.
Argentina emparejó el ritmo y llegó a tener hasta 11 puntos de diferencia (38-27), a los 21 minutos, pero Brasil apretó en defensa y acertó con el peligroso tirador Marquinhos (17 puntos) y emparejó el pleito. Tocó su momento de máximo rendimiento a los 31m (56-50), cuando Argentina no encontraba la manera de acertar tras tres ataque seguidos mal ejecutados.
Pero otra vez apareció Kammerichs para hacer despertar a todos, con 4 puntos valiosos. De ahí en más se hizo parejo y, como en estos casos, el que tuviera menos errores en los momentos claves se llevaría el título. Fue Argentina cuando mejoró Delfino (16 y 9 rebotes), con Scola nuevamente en acción (10 puntos en el último cuarto, 12-18 dobles y 8-8 libres) y la defensa de equipo volvió a tener protagonismo.
Un triple de Prigioni destrabó la paridad: la Selección se fue 67-62, a 1m50 del cierre. Y desde ahí en más, Brasil fue a remolque y a la desesperada de los argentinos, provocando faltas para acortar el tiempo y tener alguna chance. Pero los de Lamas se escaparon 74-63, a 46s, y aunque erraron 3-8 libres en 40s se aseguraron la victoria, merecida ampliamente, con dos libres de Scola, nuevamente goleador (como en el Mundial de Turquía) y MVP (como en Las Vegas 2007). Entonces, la herida abierta por Brasil, único vencedor del torneo, quedó cerrada para los sobrevivientes de la Generación Dorada.
Final
Argentina (80): Prigioni 10 (x), Ginóbili 8, Delfino 16, Kammerichs 7 y Scola 32 (fi); H. Jasen 5, Oberto 0, J. Sánchez 2, Quinteros 0. DT: J. Lamas.
Brasil (75): Marcelinho Huertas 6 (x), Alex 6, Marquinhos 17, Guilherme 8 y Tiago 12 (fi); Rafael 10, Marcelinho 7, Luz 6, Benite 2. DT: R. Magnano.
Parciales: 21-9, 35-27 y 50-48.
Arbitros: Bultó (Esp), Pulk (Esl) y A. Jordan (EE.UU.).
Cancha: Polideportivo (9.200).
FUENTE: [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]
Hubo baile en ronda, tiradita colectiva sobre la copa al mejor estilo Boca en la etapa de Bianchi y reverencia a Scola, quien luego sacó a la pista a sus hijitos. Hubo un momento de exceso en el que Delfino tomó el micrófono y gritó: “Al final les rompimos el culo, la puta madre”. Y los nueve mil asistentes se rindieron ante semejante oratoria. Fue una noche de invierno. Histórica porque marcó el primer título en un Preolímpico para la Argentina. Entre muchas otras cosas.
Después de luchar, entregar el corazón una vez más, con el esfuerzo físico de todos los que participaron del juego y una notable producción de Luis Scola -MVP del torneo-, quien terminó con 32 puntos y líder del certamen, el plantel y todo un estadio colmado de aficionados pudieron festejar, no sin antes sufrir la reacción final de Brasil.
Fue la segunda Copa de las Américas que conquistó el seleccionado. La primera, en Neuquén 2001, correspondió a un clasificatorio para el Mundial de Indianápolis. Y esta es la primera en caracter de clasificatorio olímpico, con récord de 9 triunfos y una derrota, el mejor de siempre. También es la primera vez que el entrenador Julio Lamas gana una medalla dorada con Argentina, en cualquier categoría, en sus dos etapas al frente del equipo. La suma al bronce que consiguió en el Preolímpico 99, en Puerto Rico, acompañado de Ginóbili, Scola y Nocioni, frustrados esa vez por no clasificar a Sydney 2000.
Argentina empezó a ganar el partido desde su defensa. Y además del mérito que le corresponde a los jugadores, hay que destacar el gran diseño táctico-estratégico para detener a Marcelinho Huertas, el hombre clave en la generación del armado ofensivo de Brasil. El nuevo base del Barcelona vio cerrado sus caminos al aro (6 puntos) y tampoco tuvo buena visibilidad para el pase, debido a las buenas coberturas que realizaron los que ayudaron a Pablo Prigioni en la marca.
Después de maniatar a Brasil en el primer cuarto (9 tantos), en ataque fue Scola la enorme lanza que tuvo nuestro seleccionado para herir de muerte al rival. El porteño cerró el primer tiempo con 18 puntos, producto de 8 dobles sobre 11 intentos, más un par de libres. Fue claro ganador de la batalla frente a Tiago, frustrado nuevamente ante el repertorio del ala pivote de Houston.
Argentina emparejó el ritmo y llegó a tener hasta 11 puntos de diferencia (38-27), a los 21 minutos, pero Brasil apretó en defensa y acertó con el peligroso tirador Marquinhos (17 puntos) y emparejó el pleito. Tocó su momento de máximo rendimiento a los 31m (56-50), cuando Argentina no encontraba la manera de acertar tras tres ataque seguidos mal ejecutados.
Pero otra vez apareció Kammerichs para hacer despertar a todos, con 4 puntos valiosos. De ahí en más se hizo parejo y, como en estos casos, el que tuviera menos errores en los momentos claves se llevaría el título. Fue Argentina cuando mejoró Delfino (16 y 9 rebotes), con Scola nuevamente en acción (10 puntos en el último cuarto, 12-18 dobles y 8-8 libres) y la defensa de equipo volvió a tener protagonismo.
Un triple de Prigioni destrabó la paridad: la Selección se fue 67-62, a 1m50 del cierre. Y desde ahí en más, Brasil fue a remolque y a la desesperada de los argentinos, provocando faltas para acortar el tiempo y tener alguna chance. Pero los de Lamas se escaparon 74-63, a 46s, y aunque erraron 3-8 libres en 40s se aseguraron la victoria, merecida ampliamente, con dos libres de Scola, nuevamente goleador (como en el Mundial de Turquía) y MVP (como en Las Vegas 2007). Entonces, la herida abierta por Brasil, único vencedor del torneo, quedó cerrada para los sobrevivientes de la Generación Dorada.
Final
Argentina (80): Prigioni 10 (x), Ginóbili 8, Delfino 16, Kammerichs 7 y Scola 32 (fi); H. Jasen 5, Oberto 0, J. Sánchez 2, Quinteros 0. DT: J. Lamas.
Brasil (75): Marcelinho Huertas 6 (x), Alex 6, Marquinhos 17, Guilherme 8 y Tiago 12 (fi); Rafael 10, Marcelinho 7, Luz 6, Benite 2. DT: R. Magnano.
Parciales: 21-9, 35-27 y 50-48.
Arbitros: Bultó (Esp), Pulk (Esl) y A. Jordan (EE.UU.).
Cancha: Polideportivo (9.200).
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