La Argentina se queda demasiado pronto sin respuestas, aun cuando tiene un potencial superior al rival; las preguntas que nunca se hizo: no pudo aprovechar el hombre de más y, peor aún, no supo cómo jugarle a Uruguay once contra once; por Christian Leblebidjian
La selección volvió a sorprender negativamente. No por el resultado, tampoco por la eliminación. Es un equipo que tácticamente se queda sin respuestas demasiado rápido. Tiene un potencial bueno, pero no sabe administrarlo. Lo puede desacomodar desde un gol tempranero hasta una expulsión de un rival, que, lejos de beneficiarlo, lo complica. ¿Por qué? Le entrega una respuesta a una pregunta que nunca se hizo. ¿Cómo jugar en superioridad numérica? ¿Cómo aprovechar ese futbolista de más? Lo más grave de todo es que la Argentina tampoco supo cómo jugar once contra once.
Toda táctica, todo sistema luego necesita una estrategia, la segunda parte de la planificación. No sólo elegir jugar 4-3-3 y sus intérpretes. Tiene que ver en cómo aplicar ese dibujo, en cómo y cuando presionar para recuperar el balón, en cómo y por dónde avanzar. La selección da ventajas atrás, pero sigue sin saber cómo atacar. No hay una metodología que abarque a los once titulares en esa búsqueda.
La selección volvió a sorprender negativamente. No por el resultado, tampoco por la eliminación. Es un equipo que tácticamente se queda sin respuestas demasiado rápido. Tiene un potencial bueno, pero no sabe administrarlo. Lo puede desacomodar desde un gol tempranero hasta una expulsión de un rival, que, lejos de beneficiarlo, lo complica. ¿Por qué? Le entrega una respuesta a una pregunta que nunca se hizo. ¿Cómo jugar en superioridad numérica? ¿Cómo aprovechar ese futbolista de más? Lo más grave de todo es que la Argentina tampoco supo cómo jugar once contra once.
Toda táctica, todo sistema luego necesita una estrategia, la segunda parte de la planificación. No sólo elegir jugar 4-3-3 y sus intérpretes. Tiene que ver en cómo aplicar ese dibujo, en cómo y cuando presionar para recuperar el balón, en cómo y por dónde avanzar. La selección da ventajas atrás, pero sigue sin saber cómo atacar. No hay una metodología que abarque a los once titulares en esa búsqueda.