[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
Un día después de haber sido traspasado a los Hornets y de que se haya cancelado el canje, Scola dio la cara. Se mostró tranquilo y recalcó que no está enojado con nadie: "Yo sé bien cómo es el negocio. No debí haberme involucrado tanto con la franquicia".
Luis Scola tuvo una jornada agotadora, turbulenta y desgastante desde lo anímico. A juzgar por esta descripción, se podría especular con que jugó un partido de dos suplementarios, pero no: estuvo todo el tiempo en su casa, sentado. En su casa, sentado, viendo como, en un parpadeo, pasaba a ser jugador de los Hornets y debía dejar Houston. Y como, en otro parpadeo, la operación se cancelaba. Difícil de entender, imposible de asimilar. Salvo para él. “Fue un día raro. Estuve siempre en casa, tranquilo. Pero sí fue diferente. Hay que entender que la NBA es un negocio. No era tan loco el movimiento: en el mismo traspaso estaban incluidos jugadores con mayor dimensión y mejor sueldo que yo. Esta liga se mueve mucho y hay reglas que incentivan los canjes. Nosotros tenemos mucha influencia futbolera y no lo terminamos de comprender. Al americano en general, le gusta la historia de los pases”, explicó de buen humor Scola en el programa “Uno contra uno”, que se emite por radio Splendid.
“Lo que es más raro de entender es que después de haberse hecho, se haya caído. Yo estaba entrando al cine, porque como me vine solo, estaba medio aburrido. Entonces dije: ‘me voy al cine’. Al final no fui pero si hubiese entrado, no me habría enterado de nada. Pasó todo muy rápido”, agregó el capitán de la Selección, con naturalidad.
También hizo mención a la crueldad en el sistema de traspasos, donde los jugadores son simple mercancía. “La NBA deja afuera a los jugadores en estos casos: nosotros no podemos ni intervenir, ni opinar. Si se hubiese concretado, la persona que me lo tenía que confirmar era el General Manager de Hornets, para darme la bienvenida, decirme dónde iba a vivir y avisarme dónde iba a estar mi locker en el vestuario. No tuve ninguna participación en nada. Yo ya me acostumbré a cómo es esto, pero la gente en la Argentina no lo termina de comprender”, indicó.
Luifa reconoció que todavía no sabe bien si dar el tema por cerrado o no y que se sintió ingenuo en un momento de la tarde del jueves. “Yo me identifiqué muchísimo con la franquicia, con los colores, la ciudad y la gente. Me sentí un poco tonto. No quiero que se malentienda esto, pero me sentí un poco tonto conmigo mismo. Y eso que nada me tomó por sorpresa. Yo sé bien cómo es el negocio. No debí haberme involucrado tanto. Fue como un baño de realidad”, manifestó. Y cerró: “No es que estoy enojado. Yo sabía como era la historia, pero ahora que la protagonicé, lo tomo de otra manera. Ayer hablé con la gente de los Rockets y confirmé que estaba todo bien, que no estoy enojado… ¿Qué voy a decir? Yo estoy contento de estar acá y de estar en la NBA. No voy a ponerme negativo.
Un día después de haber sido traspasado a los Hornets y de que se haya cancelado el canje, Scola dio la cara. Se mostró tranquilo y recalcó que no está enojado con nadie: "Yo sé bien cómo es el negocio. No debí haberme involucrado tanto con la franquicia".
Luis Scola tuvo una jornada agotadora, turbulenta y desgastante desde lo anímico. A juzgar por esta descripción, se podría especular con que jugó un partido de dos suplementarios, pero no: estuvo todo el tiempo en su casa, sentado. En su casa, sentado, viendo como, en un parpadeo, pasaba a ser jugador de los Hornets y debía dejar Houston. Y como, en otro parpadeo, la operación se cancelaba. Difícil de entender, imposible de asimilar. Salvo para él. “Fue un día raro. Estuve siempre en casa, tranquilo. Pero sí fue diferente. Hay que entender que la NBA es un negocio. No era tan loco el movimiento: en el mismo traspaso estaban incluidos jugadores con mayor dimensión y mejor sueldo que yo. Esta liga se mueve mucho y hay reglas que incentivan los canjes. Nosotros tenemos mucha influencia futbolera y no lo terminamos de comprender. Al americano en general, le gusta la historia de los pases”, explicó de buen humor Scola en el programa “Uno contra uno”, que se emite por radio Splendid.
“Lo que es más raro de entender es que después de haberse hecho, se haya caído. Yo estaba entrando al cine, porque como me vine solo, estaba medio aburrido. Entonces dije: ‘me voy al cine’. Al final no fui pero si hubiese entrado, no me habría enterado de nada. Pasó todo muy rápido”, agregó el capitán de la Selección, con naturalidad.
También hizo mención a la crueldad en el sistema de traspasos, donde los jugadores son simple mercancía. “La NBA deja afuera a los jugadores en estos casos: nosotros no podemos ni intervenir, ni opinar. Si se hubiese concretado, la persona que me lo tenía que confirmar era el General Manager de Hornets, para darme la bienvenida, decirme dónde iba a vivir y avisarme dónde iba a estar mi locker en el vestuario. No tuve ninguna participación en nada. Yo ya me acostumbré a cómo es esto, pero la gente en la Argentina no lo termina de comprender”, indicó.
Luifa reconoció que todavía no sabe bien si dar el tema por cerrado o no y que se sintió ingenuo en un momento de la tarde del jueves. “Yo me identifiqué muchísimo con la franquicia, con los colores, la ciudad y la gente. Me sentí un poco tonto. No quiero que se malentienda esto, pero me sentí un poco tonto conmigo mismo. Y eso que nada me tomó por sorpresa. Yo sé bien cómo es el negocio. No debí haberme involucrado tanto. Fue como un baño de realidad”, manifestó. Y cerró: “No es que estoy enojado. Yo sabía como era la historia, pero ahora que la protagonicé, lo tomo de otra manera. Ayer hablé con la gente de los Rockets y confirmé que estaba todo bien, que no estoy enojado… ¿Qué voy a decir? Yo estoy contento de estar acá y de estar en la NBA. No voy a ponerme negativo.