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Los cuatro integrantes del plantel que jugará la semifinal ante Serbia están en la tercera rueda del US Open; Del Potro, Nalbandian y Chela ganaron y se sumaron a Mónaco, que hoy buscará pasar a octavos. Por Claudio Mauri / Enviado especial
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El equipo argentino completo de Copa Davis se ubicó en la tercera rueda del US Open. No está nada mal ni es para despreciar, aunque no sea conveniente proyectar conclusiones sobre lo que puede ocurrir dentro de dos semanas en las semifinales contra Serbia en Belgrado. Aunque se trate del mismo deporte, son competencias muy diferentes. Cambian la atmósfera, la superficie y los rivales. El jugador debe dejar un poco de lado la mentalidad individual con la que se guía por el circuito para abrirse a los intereses y las conveniencias del equipo. Y se sabe que esta transformación no siempre es automática en el caso de los tenistas de nuestro país.
Lo concreto es que este US Open es, para las principales raquetas argentinas, mucho más positivo que el del año anterior. Recordemos: Juan Martín del Potro no podía defender el título porque se recuperaba de una operación en su muñeca derecha; Nalbandian, cuyo estado físico actual no es muy superior del de hace un año, como mínimo ya repite la campaña tras el triunfo sobre el croata Ljubicic; Chela no pasaba de la segunda rueda contra Wawrinka, y Juan Mónaco se despedía en el debut. El panorama cambió mucho para Pico, que hoy, alrededor de las 16 de nuestro país enfrentará en el Grandstand, al alemán Tommy Haas, en busca de los octavos de final.
El capitán Tito Vázquez fue ayer de una cancha a la otra y se quedó con buenas sensaciones porque triunfaron sus tres elegidos que jugaron. Una de las victorias era previsible. Del Potro podrá vivir en Tandil a 15 cuadras de su coterráneo Diego Junqueira, pero en la cancha las diferencias son mucho más amplias. Con un rendimiento de mayor a menor, se impuso por 6-2, 6-1 y 7-5. Por primera vez en los dos encuentros disputados aquí, a Del Potro le quebraron el saque. Fue en dos oportunidades, en el tercer set. Y se sabe que si al pupilo de Franco Davin el servicio no le funciona, el resto de la maquinaria empieza a ir a marcha forzada. Eso ocurrió en el último capítulo, cuando se lo vio con poca movilidad ante un rival que no dejó de correr una pelota y colocó varios tiros ganadores.
Mimado por el público, Delpo se dio cuenta de que varios de los miles que estaban en el Grandstand se entusiasmaban con la recuperación de Junqueira. Querían que el partido se alargara. Por eso, en el 5-5, tras ganar un punto con el que se ponía break-point, Del Potro alzó los brazos, como reclamando apoyo. Cuando cerró la victoria festejó con una efusividad mayor a la que podía suponerse por el cómodo comienzo. "Fue como un desahogo. A mí me sirven todos los triunfos, sumar horas de cancha. Arranqué bien, pero después decaí. Se me complicó. A mi me gustan los puntos cortos y jugar winners . Y como Diego no se entrega nunca, me confundí". Mañana, a Del Potro lo espera el francés Giles Simon (12°).
David Nalbandian (victoria por 6-4, 1-6, 6-3 y 6-2 sobre Ljubicic) le restó triunfalismo a lo que hizo. Prefirió un contexto autocrítico. "No jugué del todo bien. Ljubicic no te da ritmo y cuesta soltarse. No terminé de meterme en el partido. Quedé más conforme con mi rendimiento ante Reynolds. Todavía tengo mucho para mejorar". También reconoció que no venció a la mejor version de su rival: "Sé que venía con menos ritmo que yo porque no jugó en Montreal ni Cincinnati". Si vuelve a ganar aquí, Nalbandian dará uno de los grandes batacazos del US Open, ya que su próximo adversario será Rafael Nadal, que ayer completó sólo dos sets porque el francés Mahut se retiró por lesión (la 16» baja del torneo).
Chela, que en el debut se vio favorecido por el retiro de Matosevic cuando se imponía 3-1, redondeó una sólida producción ante Darcis (102° del ranking) con un 6-2, 6-4 y 6-4. "Hace rato que no me sentía tan bien", dijo el Flaco, a quien desde Roland Garros también se lo conoce como Torino. Y para la próxima rueda se le cumplió el deseo de evitar al suizo Wawrinka (14°), eliminado por el norteamericano Donald Young, que ingresó en el torneo con un wild card.
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El equipo argentino completo de Copa Davis se ubicó en la tercera rueda del US Open. No está nada mal ni es para despreciar, aunque no sea conveniente proyectar conclusiones sobre lo que puede ocurrir dentro de dos semanas en las semifinales contra Serbia en Belgrado. Aunque se trate del mismo deporte, son competencias muy diferentes. Cambian la atmósfera, la superficie y los rivales. El jugador debe dejar un poco de lado la mentalidad individual con la que se guía por el circuito para abrirse a los intereses y las conveniencias del equipo. Y se sabe que esta transformación no siempre es automática en el caso de los tenistas de nuestro país.
Lo concreto es que este US Open es, para las principales raquetas argentinas, mucho más positivo que el del año anterior. Recordemos: Juan Martín del Potro no podía defender el título porque se recuperaba de una operación en su muñeca derecha; Nalbandian, cuyo estado físico actual no es muy superior del de hace un año, como mínimo ya repite la campaña tras el triunfo sobre el croata Ljubicic; Chela no pasaba de la segunda rueda contra Wawrinka, y Juan Mónaco se despedía en el debut. El panorama cambió mucho para Pico, que hoy, alrededor de las 16 de nuestro país enfrentará en el Grandstand, al alemán Tommy Haas, en busca de los octavos de final.
El capitán Tito Vázquez fue ayer de una cancha a la otra y se quedó con buenas sensaciones porque triunfaron sus tres elegidos que jugaron. Una de las victorias era previsible. Del Potro podrá vivir en Tandil a 15 cuadras de su coterráneo Diego Junqueira, pero en la cancha las diferencias son mucho más amplias. Con un rendimiento de mayor a menor, se impuso por 6-2, 6-1 y 7-5. Por primera vez en los dos encuentros disputados aquí, a Del Potro le quebraron el saque. Fue en dos oportunidades, en el tercer set. Y se sabe que si al pupilo de Franco Davin el servicio no le funciona, el resto de la maquinaria empieza a ir a marcha forzada. Eso ocurrió en el último capítulo, cuando se lo vio con poca movilidad ante un rival que no dejó de correr una pelota y colocó varios tiros ganadores.
Mimado por el público, Delpo se dio cuenta de que varios de los miles que estaban en el Grandstand se entusiasmaban con la recuperación de Junqueira. Querían que el partido se alargara. Por eso, en el 5-5, tras ganar un punto con el que se ponía break-point, Del Potro alzó los brazos, como reclamando apoyo. Cuando cerró la victoria festejó con una efusividad mayor a la que podía suponerse por el cómodo comienzo. "Fue como un desahogo. A mí me sirven todos los triunfos, sumar horas de cancha. Arranqué bien, pero después decaí. Se me complicó. A mi me gustan los puntos cortos y jugar winners . Y como Diego no se entrega nunca, me confundí". Mañana, a Del Potro lo espera el francés Giles Simon (12°).
David Nalbandian (victoria por 6-4, 1-6, 6-3 y 6-2 sobre Ljubicic) le restó triunfalismo a lo que hizo. Prefirió un contexto autocrítico. "No jugué del todo bien. Ljubicic no te da ritmo y cuesta soltarse. No terminé de meterme en el partido. Quedé más conforme con mi rendimiento ante Reynolds. Todavía tengo mucho para mejorar". También reconoció que no venció a la mejor version de su rival: "Sé que venía con menos ritmo que yo porque no jugó en Montreal ni Cincinnati". Si vuelve a ganar aquí, Nalbandian dará uno de los grandes batacazos del US Open, ya que su próximo adversario será Rafael Nadal, que ayer completó sólo dos sets porque el francés Mahut se retiró por lesión (la 16» baja del torneo).
Chela, que en el debut se vio favorecido por el retiro de Matosevic cuando se imponía 3-1, redondeó una sólida producción ante Darcis (102° del ranking) con un 6-2, 6-4 y 6-4. "Hace rato que no me sentía tan bien", dijo el Flaco, a quien desde Roland Garros también se lo conoce como Torino. Y para la próxima rueda se le cumplió el deseo de evitar al suizo Wawrinka (14°), eliminado por el norteamericano Donald Young, que ingresó en el torneo con un wild card.